Luego del pitido final, la 9 fue ovacionado por el público y tuvo su respectivo homenaje por parte de la institución, recibiendo la remera de Boca Juniors con el número 500 en las espaldas, la plaqueta donde quedaría plasmado que es la máxima artillera de la historia Xeneize, y desde el medio de comunicación «Gladiadoras Xeneizes» le fue entregado a Andrea Ojeda la bandera, donde la delantera pudo tachar con sus propias manos los centenares de goles convertidos para luego poder llevarla como recuerdo.
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